La mediocridad en Colombia afecta el proceso de paz



Podria decirse que el pueblo Colombiano legitimó el proceso de paz del presidente Santos sin un cese de hostilidades; pero esta decisión no fue absoluta y se definió por un estrecho margen de diferencia entre optimistas y pesimistas.

Esta claro que negociar sin un cese de hostilidades busca no cometer los mismos errores que se cometieron en el fallido intento de negociación en el Caguán, además, de blindar el proceso de sabotajes por parte de los "enemigos de la paz".

Aún así, esta condición abrió las puertas para que los grupos alzados en armas pudieran generar impactos controversiales que debiliten la imagen del estado mediante atentados contra objetivos militares y civiles.

Pero esta serie de atentados no son recientes, de hecho y aunque muchos lo desconozcan, lo olvidaron o simplemente no les conviene recordar, las acciones de la guerrilla vienen en aumento desde el año 2004 (Ver artículo relacionado) y han sido consecuencia de una profunda transformación guerrillera que ahora basa sus acciones en milicianos que visten de civil, portan armas cortas y se mimetizan entre la población, haciendo inefectivas e inutiles las estrategias de la seguridad democrática.

También, es un secreto a voces que durante el gobierno anterior, las FFMM no se preocupaban por enfrentar grupos paramilitares, ni bacrim, ahora, el actual gobierno, debe enfrentar a todos los grupos ilegales armados.

Aparte, el estado, debe contrastar sus resultados con una imagen de seguridad "positiva" del gobierno antecesor, creando la ilusión que la solución por vía armada que "funcionó" en el pasado, puede funcionar ahora.

Por supuesto, esta percepción esta fuera de contexto y se configura como un criterio simple, resultado de la mediocridad cultural que abunda en la nación, que no permite que los ciudadanos tengan los elementos conceptuales suficientes para forjar una opinión y un criterio integral y objetivo.

Por eso, no es coincidencia que aquellos ciudadanos que alejados de la mediocridad y basados en estudio, análisis y suficientes elementos conceptuales, reconozcan que la mejor opción para el país es la salida negociada al conflicto.

Lastimosamente, los alcances de la mediocridad simplista, no permiten que toda la población acoja las recomendaciones de quienes tienen el intelecto y el conocimiento, por el contrario, siguen basando sus juicios y emitiendo conceptos con base a información descontextualizada y sus emociones primarias.

Es así, que conocedores de esta condición cultural, las guerrillas y los enemigos de la paz, aprovechan la situación para debilitar la imagen del gobierno Colombiano, siendo este su objetivo común, con miras a obtener beneficios particulares, políticos y económicos.