La composición corporal estudia la proporción porcentual de los principales componentes de nuestro cuerpo: agua, proteína (masa muscular y órganos), grasa y minerales (Huesos).
De ellos, es necesario destacar el porcentaje de grasa y el porcentaje de masa muscular, ya que su proporción define nuestro estado físico, nutricional y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Grasa VS Músculo
El tejido adiposo (grasa) y el tejido muscular son diferentes; mientras las grasas reservan energía (calorías), los músculos la consumen. Por eso, si la proporción muscular es menor (provocado por una restricción nutritiva y sedentarismo), el consumo de calorías es bajo y, por lo tanto, hay mayor disposición a la reserva, provocando excesos de tejido adiposo y sus nefastas consecuencias, siendo esta, una situación NO SALUDABLE.
En cambio, una alimentación balanceada, sin restricciones, que incluya todos los grupos alimenticios y la practica de actividad física adecuada, favorece el consumo de calorías y la formación de nueva masa muscular, que a su vez, aumentará el consumo metabólico de calorías (Tasa Metabólica Basal) y “quemará” las reservas de grasa, siendo esta, una situación SALUDABLE.