Cárnicos cancerígenos, no se deben desestimar


El 26 de octubre del 2015, desde su sede en Lyon, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), un órgano de la Organización Mundial de la Salud (OMS), emitió el comunicado de prensa N. 240 donde informa que posterior a una revisión exhaustiva de la literatura científica (Más de 800 estudios), se decidió clasificar a las carnes procesadas como carcinógenas para los humanos (Grupo 1) y clasificar las carnes rojas como probablemente carcinógenas para los humanos (Grupo 2A).

Al compartir estos resultados con el mundo, se esperaba que a partir de esta información se iniciara la generación de medidas por parte de las autoridades para proteger la salud pública e incentivar al público en general a promover cambios en sus estilos de vida.

Desafortunadamente y en especial en países en vía de desarrollo, este comunicado ha generado reacciones de rechazo y desestimación, donde se desaprueba con desconocimiento y obvia ineptitud el trabajo realizado por 22 expertos de 10 países, convocados por el Programa de Monografías de la CIIC desde el 2014.

El origen de tales reacciones probablemente ocurra a razón de una mala interpretación del comunicado a falta de elementos conceptuales, desidia general, falta de interés por el conocimiento científico y por supuesto, también, afectación de intereses económicos.

Esta comprensión errónea de la información compartida por el CIIC, llevó además a que se adoptara una posición defensiva y primitivamente reaccionaria frente al comunicado, al considerarlo una afrenta a sus costumbres alimenticias, asumiendo que les sería vetado radicalmente el consumo de cárnicos en consecuencia a su clasificación como cancerígenos.

Es importante aclarar, que no todos los cárnicos fueron incluidos en la clasificación, la referencia es específica para carnes rojas y carnes procesadas para las cuales se debe considerar lo siguiente:
Carne roja: se refiere a todos los tipos de carne muscular de mamíferos, tales como la carne de res, ternera, cerdo, cordero, caballo o cabra.
Carne procesada: se refiere a la carne que se ha transformado a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación. La mayoría de las carnes procesadas contienen carne de cerdo o de res, pero también pueden contener otras carnes rojas, aves, menudencias o subproductos cárnicos tales como la sangre.
Ejemplos de carnes procesadas incluyen frankfurters (perros calientes/hot dogs/salchichas), jamón, salchichas, carne en conserva (corned beef), y cecina o carne seca, así como carne en lata, y las preparaciones y salsas a base de carne.
Aclarado el alcance de la clasificación, cabe mencionar que las fuentes proteicas alternativas a los cárnicos rojos y procesados incluyen toda la variedad de cárnicos proveniente de aves y pescados, además de lácteos, huevos y proteinas de origen vegetal (Soya, frutos secos, champiñones, legumbres y cereales), por lo tanto, una disminución en la ingesta de los cárnicos clasificados como cancerígenos no compromete el aporte necesario para cubrir los requerimientos proteicos.

Por otra parte, el comunicado 240 (Ver aquí) no sugiere una restricción total del consumo de cárnicos rojos y procesados, pero si recomienda una limitación de su consumo y la evaluación de riesgos para no desaprovechar los beneficios nutricionales y encontrar un punto de equilibrio que permita a las autoridades sanitarias emitir recomendaciones dietarias.

Dentro de las recomendaciones para la población latinoaméricana, podría considerarse aconsejar el limitar el consumo de cárnicos procesados a máximo 2 raciones por semana y de cárnicos rojos a 3 raciones por semana.

Para concluir, la loable labor de agencias e instituciones como el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, debe ser respetada y considerada en beneficio de la salud, siendo finalmente una responsabilidad y una decisión individual el tener en cuenta las recomendaciones que estas emitan, pero, debe recordarse que, infortunadamente, las consecuencias de malas decisiones personales, afectan la estabilidad familiar, el desarrollo económico, los recursos públicos y el crecimiento de las naciones.

Soldado advertido...

@Salamac