Como hacer que la sociedad menosprecie a los incorrectos?

Es un supuesto y un ideal, que la sociedad desapruebe y no consienta las conductas que perjudican el bienestar colectivo, pero en el caso de las conductas ventajosas e individualistas de los ciudadanos que afectan la convivencia (avivatos y delincuentes), estas conductas son frecuentemente aceptadas y admiradas en entornos mediocres.



Vemos como la cultura mediocre hace apología a la "audacia" e "inteligencia" de estos personajes, siendo un patrón y un modelo a seguir, porque, por el contrario, aquellos que hacen lo correcto y no aprovechan todas las ventajas, son reconocidos como tontos.

La pregunta es, como revertir esta situación, de modo que la sociedad resalte y admire los comportamientos correctos y desapruebe simultáneamente cualquier acto que irrespete la convivencia ciudadana?

Siendo un problema de origen cultural, la solución debe enfocarse en este aspecto, para esto es pertinente recordar parte de la estrategia de "cultura ciudadana" del profesor Mockus:

"...parte de los factores de éxito de la política de cultura ciudadana fue el "arte" de utilizar la culpa, la vergüenza, la motivación de cumplir la ley y el reconocimiento social; Todos tenemos remedio, si yo lotuve porqué los demás no" Antanas Mockus.

también tener en cuenta el siguiente concepto:

"La cultura entendida como una relación ínter subjetiva sociedad – individuo, se plantea como una representación que configura, por un lado el deseo de reconocimiento o visibilidad social positiva, el prestigio, y por otro, el temor a la sanción social o a la visibilidad negativa, la vergüenza."

Es así, que para configurar un cambio que modifique el comportamiento y el pensamiento de los avivatos y delincuentes, se debe promover un reconocimiento social para las personas correctas y una sanción social que provoque verguenza a las personas no correctas. 

Esta promoción se puede obtener mediante la aplicación de términos que caractericen y engloben tanto las acciones como a las personas, cuidando la premisa que es más válido ridiculizar que ofender, por lo tanto, terminos despectivos no deben ser utilizados.

Para esto, bien podría crearse un rango de apreciación ciudadana, que divida a los individuos en 3 categorias de ciudadanos así:

  1. Ciudadanos de primera categoría: Ciudadanos correctos.
  2. Ciudadanos de segunda categoría: Avivatos no delincuentes.
  3. Ciudadanos de tercera categoría: Delincuentes.

De esta categorización, se puede destacar el término "de primera" como el ídeal ciudadano, un título de orgullo y exclusividad que lo hace partícipe de la verdadera élite de la sociedad, a la cual solo acceden aquellos que realicen actos correctos, como demostración de superioridad y avanzado desarrollo humano, sin importar su nivel de estudio o poder adquisitivo.



Por otra parte, los términos "de segunda" y "de tercera", se configurarían como designaciones vergonzosas y deshonrosas propias de humanos inferiores y poco desarrollados que realizan actos que afectan la convivencia ciudadana.



Si como dice el profesor Mockus, "todos tenemos remedio", entonces, todos podremos ser cudadanos "de primera".

@Salamac