Colombia, sin ser un país inmenso ni tener una superpoblación, es un país diverso, complejo y complicado, donde la mayoría de sus habitantes delegan la responsabilidad de "entender" el país a una minoría que ha aprovechado esa situación para interés personal.
Comprender el país debería ser una responsabilidad ciudadana, un deber de todos los habitantes, pero existen dificultades estructurales y culturales que hacen difícil a las mayorías el adquirir elementos conceptuales que permitan discernir y generar criterios acordes con la realidad nacional.
Lastimosamente, el no contar con elementos conceptuales no es impedimento para que la ciudadanía forje criterio, emita juicios y tome decisiones, muchas veces basados en poca o sesgada información.
Esta situación es más evidente en época electoral, donde una minoría avivata, se aprovecha de la apatía, la falta de criterio y en general, de la mediocridad de la mayoría de la población, para satisfacer sus intereses personales por medio de prácticas legales e ilegales, que en todos casos sucias, conforman lo que se llama Politiquería.
Y ha sido la politiquería (apoyada en la mediocridad), la piedra angular de muchos los problemas que aquejan a la población, que sigue creyendo en soluciones coyunturales, únicas dádivas que puede ofrecer la élite ilustrada para prolongar su ventajosa posición.
Por eso, la invitación es a identificar y compartir signos para reconocer a los Politiqueros, de esta forma, la población no dejará engañarse ni será cómplice de la Politiquería votando por ellos y con esto, es posible pensar en un mejor país.
Si usted observa alguna de estas caracteristicas, abstengase de votar por dicho personaje:
- Intenta modificar la normatividad para beneficio personal.
- Recibe aportes económicos por parte de empresas contratistas.
- Ataca continuamente a sus opositores políticos.
- Hace apelación constante al patriotismo y al regionalismo.
- Sus declaraciones son inexactas y tendientes a engañar.
- Hace constantes retractaciones para evitar líos jurídicos.
- Repite constantemente un libreto de campaña.
- En su discurso se escuchan muchas frases de cajón.
- Promesas de solución unicamente de problemas coyunturales.
- Gasta mucho dinero en publicidad política.
- Recibe apoyo por parte de políticos cuestionables.
- Solo hablan bien de miembros de su partido politico o afines a su ideología.
- No aceptan ideas de partidos políticos contrarios.
- No desaprovechan cualquier oportunidad para hacer campaña.
- Ven la política como un beneficio personal y no como un servicio de vocación.